Los hechos terroríficos siempre se intentan justificar con razones
mundanas con las que deducir que lo impensable puede ocurrir por
accidente o por mera provocación.
Si pudiésemos divisar el futuro e incluso incluir dentro de nuestra cabeza imágenes de nuestro final, ¿cambiaríamos algo o tropezaríamos siempre con la misma piedra? De todo esto se deberán preocupar los protagonistas de Calor de agosto de William Fryer Harvey.
Si pudiésemos divisar el futuro e incluso incluir dentro de nuestra cabeza imágenes de nuestro final, ¿cambiaríamos algo o tropezaríamos siempre con la misma piedra? De todo esto se deberán preocupar los protagonistas de Calor de agosto de William Fryer Harvey.
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